Uno de los aspectos más importantes que caracteriza al control como proceso, lo constituye el hecho de que el mismo se diseñe con un enfoque sistémico, por lo que resulta de gran importancia esclarecer los conceptos que se asocian a él.
Es preciso comenzar entonces por el concepto de Sistema, visto como un conjunto de elementos interrelacionados entre sí, en función de un fin y que forman un todo único que a la vez posee características nuevas que no están presentes en cada uno de los elementos que lo forman.
En resumen, un sistema de control es un conjunto de acciones, funciones, medios y responsables que garanticen mediante su interacción, conocer la situación de los procesos de la organización en un momento determinado y tomar decisiones para reaccionar ante ella.
Los modelos de información para Control de Gestión se caracterizan por ser activo o proactivo cuando colabora con el buen funcionamiento de la gestión organizacional, soportado sobre la base de las metas que se trace.
Un sistema de control con un enfoque estratégico debe ser capaz de medir el grado de cumplimiento de esos objetivos, entonces es necesario identificar un grupo de indicadores, cuantitativos y cualitativos que expresen el nivel y la calidad del cumplimiento de cada objetivo.
Por todo lo anterior, el diseño de un sistema de control para la gestión de una organización ha de ser coherente con la estrategia y la estructura de ésta, como aspectos formales así como con los aspectos no formales que forman parte del proceso de gestión.
¿Cómo lograrlo? Gracias a nuestra experiencia en el mercado nos ponemos a su disposición para ayudarle en la definición, construcción y publicación de los indicadores clave para su negocio, seguimiento de programas estratégicos y la evaluación del desempeño de áreas específicas.